viernes, 31 de enero de 2014

Don Bosco. En el oficio de lecturas leemos esto.

De las cartas de san Juan Bosco, presbítero(Epistolario, Turín 1959, 4, 201-203)

Si de verdad buscamos la auténtica felicidad de nuestros alumnos y queremos inducirlos al cumplimiento de sus obligaciones, conviene ante todo que nunca olvidéis que hacéis las veces de padres de nuestros amados jóvenes, por quienes trabajé siempre con amor, por quienes estudié y ejercí el ministerio sacerdotal, y no sólo yo, sino toda la Congregación salesiana.

¡Cuántas veces, hijos míos, durante mi vida, ya bastante prolongada, he tenido ocasión de convencerme de esta gran verdad! Es más fácil enojarse que aguantar, amenazar al niño que persuadirlo; añadiré incluso que, para nuestra impaciencia y soberbia, resulta más cómodo castigar a los rebeldes que corregirlos, soportándolos con firmeza y suavidad a la vez.

Os recomiendo que imitéis la caridad que usaba Pablo con los neófitos, caridad que con frecuencia los llevaba a derramar lágrimas y a suplicar, cuando los encontraba poco dóciles y rebeldes a su amor.

Guardaos de que nadie pueda pensar que os dejáis llevar por los arranques de vuestro espíritu. Es difícil, al castigar, conservar la debida moderación, la cual es necesaria para que en nadie pueda surgir la duda de que obramos sólo para hacer prevalecer nuestra autoridad o para desahogar nuestro mal humor.

Miremos como a hijos a aquellos sobre los cuales debemos ejercer alguna autoridad. Pongámonos a su servicio, a imitación de Jesús, el cual vino para obedecer y no para mandar, y avergoncémonos de todo lo que pueda tener incluso apariencia de dominio; si algún dominio ejercemos sobre ellos, ha de ser para servirlos mejor.

Éste era el modo de obrar de Jesús con los apóstoles, ya que era paciente con ellos, a pesar de que eran ignorantes y rudos, e incluso poco fieles; también con los pecadores se comportaba con benignidad y con una amigable familiaridad, de tal modo que era motivo de admiración para unos, de escándalo para otros, pero también ocasión de que muchos concibieran la esperanza de alcanzar el perdón de Dios. Por esto nos mandó que fuésemos mansos y humildes de corazón.

Son hijos nuestros, y por esto, cuando corrijamos sus errores, hemos de deponer toda ira o, por lo menos, dominarla de tal manera como si la hubiéramos extinguido totalmente.

Mantengamos sereno nuestro espíritu, evitemos el desprecio en la mirada, las palabras hirientes; tengamos comprensión en el presente y esperanza en el futuro, como conviene a unos padres de verdad, que se preocupan sinceramente de la corrección y enmienda de sus hijos.

En los casos más graves, es mejor rogar a Dios con humildad que arrojar un torrente de palabras, ya que éstas ofenden a los que las escuchan, sin que sirvan de provecho alguno a los culpables.

jueves, 30 de enero de 2014

¿A que nos invita el Señor?

Esta es una reflexión surgida en medio de muchos sentimientos y vivencias.

Constantemente el Papa Francisco nos invita a ir a las diferentes periferias, pero la encierra el mayor desafío,  a mi pobre entender,  es la de las "periferias existenciales".

Ya como arzobispo de Buenos Aires nos invitaba a desinstalarnos para ir a esta nueva frontera.

Algo "existencial" hace referencia a lo que pasa por el corazón de los hombres y mujeres pero que no tienen quizá rostro ni nombre en el lenguaje habitual de la Iglesia.

Estamos inmersos en una cultura sedienta de trascendencia más allá de lo religioso. Hay mucha sed, hay muchas preguntas y pareciera que muchos queremos dar de beber algo que no sacia o responder con fórmulas de antaño.

Las preguntas son nuevas, las respuestas tienen que ser nuevas. En la facultad un profesor siempre nos decia que la Palabra es de Dios es siempre nueva. Dios mismo al asumir la naturaleza humana decidió "hablarle" al hombre en un lenguaje humano, que como avanza necesita ser adecuado.  Nuestro desafio tiene que buscar llevar la Buena Nueva en un lenguaje comorensible para el hombre de hoy.

En estos días me preguntaba ¿Qué veían en el Papa que llamara tanto la atención? Creo que simplicidad. ¿Qué busca este muchacho, la mujer aquella, este hombre maduro que se sienta en la mesa de al lado a tomar un cafe? ¿En que cree? ¿Como le hago descubrir en modos sencillos que hay un Dios que lo ama?

¿No seré yo una periferia para ellos? ¿Qué pasa por sus corazones?

Me viene esa frase del libro de Martini creo que con Humberto Eco que tenia por titulo algo asi como "En que creen los que no creen".

¿Los que nos rodean que ven? ¿Somos de algún modo para ellos un signo de algo trascendente?

Solo reflexiones que invitan a un desafío al que estamos invitados a mirar cara a cara. Para pensar.

miércoles, 29 de enero de 2014

A los pies de Santiago, junto a la tapa de la revista Rolling Stone.

El fin del peregrinar de estos días es el hogar de los abuelos: Galicia y su hermosa Santiago de Compostela.

El centro de esta hermosa y medieval ciudad es la Catedral donde se encuentran los restos del Apóstol Santiago.

Hoy estuve en la misa "del otro lado", sentado como un peregrino más, viendo lo que otros contemplan.

Al terminar la misa, la cabeza empezó su juego de pensar.

El evangelio del día  era la Parábola del Sembrador (Mc 4, 1-20) y veía a un Jesús que no se cansa de sembrar incluso donde nadie lo haría. ¿Quién sembraría al costado del camino, entre piedras o espinas? ¿Quién desaprovecharía la semilla? Jesús cree en el hombre y en el poder de la Palabra que se siembra.

También me vino a la memoria el apóstol Santiago que se animo a salir y llegar a estos lares. En aquel tiempo no era tan sencillo como ahora. ¿Qué fuego había en ese corazón que se animó a las periferias geográficas?

Y luego me vino a la mente la tapa de la revista Rolling Stone con Francisco. Me pareció impresionante y me sorprende quienes dentro de Iglesia estén molestos. ¿No se dan cuenta que esa es una de las nuevas periferias en las que estamos llamados a sembrar? ¿Quién hubiera imaginado que alguna vez un Papa estaría en esa tapa?

Uno de los nombre del Papa es Pontífice que significa "puente", ¿no creen que ese es un puente en nuestra cultura? ¿No nos preguntamos porque lo han puesto? ¿Qué pasa por el corazón de quienes deciden que esté ahí? ¿No estarán sedientos de Dios y recién ahora están descubriendo a alguien que les está dando agua fresca?

Nuevas periferias, nuevos caminos y desafíos.

Que cada uno vea en su corazón si es puente que acerca o es un peaje que dificulta o impide el encuentro con el que sacia los corazones.

Solo una impresiones a vuelo de pájaro.

Bendiciones para todos
Javier

domingo, 26 de enero de 2014

Descubriendo las periferias

No tengo muy claro hasta donde quiere q vayamos sino que le sigamos y lo ayudemos. A eso nos invita el Señor.

En el Angelus de este domingo el Papa comentando el evangelio decía que Jesús no comenzo su ministerio en la gran Jerusalén sino que se dirigió a la Galilea de los gentiles.

Para los q no saben en el tiempo de Jesús era un territorio con ciudades habitadas con hombres judios pero que se mezclaban con otros pueblos, por eso eran considerados no tan puros.

Es interesante que Francisco diga que Jesús se fue a las periferias, que sus interlocutores no eran ni los escribas y doctores de la ley, empezó "por la otra punta".

En ese caminar y anunciar se dan los primeros llamados, en este caso de pescadores.

No sólo lugares periféricos sino hombres y profesiones periféricas.  Los lugares y hombres no considerados en su época.

Me pregunto: Cuáles serán esos lugares y hombres periféricos hoy? A que ciudad u ámbito nos pide que vayamos, que vaya?

A estos rudos pescadores los invita a seguirlo. Los llama desde su lugar de trabajo y les da una nueva misión.

Si te llama, decía el Papa,  no tengas miedo, confía es Jesús el que hace el llamado. Me venía la frase que nos dejó en Rio con ocasion de la JMJ " Vayan, sin miedo, a servir".

Vayamos a las periferias geográficas y existenciales,  sin miedo porque es Jesús el que envía y sostiene,  a servir desde las realidad que viven.

Bendiciones para todos!

sábado, 25 de enero de 2014

Meditaciones en el espíritu de Asis

Sus calles y lugares parecen estar invadidos por una presencia especial.

Sabemos de que se trata. San Francisco recorrió estas calles y habitó aquí.

El invierno hace que Asis esté solitaria, quizá por eso estuvo mejor: más silencio para contemplar.

Contemplar las maravillas de los hombres honrando a un hombre que no quería nada.

Quería ser santo, no para ser honrado, sino como respuesta a un amor de Dios que le pedía todo, y porque lo hizo, fue y es santo. Dios le pedía volver al evangelio y la daba la misión de reconstruir la Iglesia. 

Iglesia necesitada de transformación desde dentro, profunda. Dejando formas para ir al interior, a la frescura del evangelio.

Ese espíritu me pareció encontrar. Volver a la raíz, pero ¿qué raíz?

Me vino la frase del Apocalipsis: "Volver al primer amor". Amor de seducción del Señor que invitaba, hoy renueva, a seguirlo buscando vivir el Evangelio, lo más simplemente posible.

Pensar en esto me llevó a el Papa Francisco y la elección de ese nombre. 

Volver a las fuentes: la simplicidad del evangelio vivida con sencillez. Sus gestos me mostraron un poco lo que Dios le pide y creo me pide. 

Es un tiempo de gracia y renovación. De pedido de perdón y de sanar heridas; incluso de barajar y dar de nuevo, y buscar aprender de lo vivido. De rezar más, contemplando lo que se hace, y buscando caminos para que muchos más se encuentren con el rostro verdadero de Jesús.

Estos días fueron y son de renovación, y creo también de misión.

En San Francisco me confío, al Señor pidamos la bendición y que María nos cuide y acompañe en este camino donde todos somos invitados a volver a la raíz del evangelio.




jueves, 23 de enero de 2014

Misa en Santa Marta

Termina otro dia de gracia.

Continúan las delicadezas de Dios en el rostro y los gestos de Papa.

"Te quedas  a desayunar" me dice cuando lo saludos después de la misa, "con tu mama".

Habia comenzado todo temprano, podríamos decir casi sin dormir. No habia podido (aun no lo hago) terminar de asimilar lo vivido en la plaza San Pedro. 

Ese mate, saludo, bendición y cercania parra con mamá y conmigo; los saludos y mensajes de tantos, estaban dando vueltas en el corazón y la cabeza.

A la mañana estaba lleno de mensajes con intenciones que junto a las que traía de la parroquia y amigos, se metieron en la mochila. Estuvieron en la misa y en el saludo en sus manos (ojala consiga esa fotos).

Mas sobreabundancia de cariño de Dios encarnado en ese buen hombre que como rostro paterno de Dios invitaba a la mesa.

Mesa sencilla en todo sentido. Solo cuatro: mamá,  el padre Eduardo Taussig (obispo de San Rafael), el Papa y el q escribe. Luego se sumo Fabián Pedacchio, facilitador de este regalo. 

Algo para tomar,  un yogur, una fruta y la sencillez de una charla como las que teníamos cuando visitaba una parroquia,  cuando te juntabas a charlar.

El mismo de siempre, pero en Roma y siendo Papa.

Dos dias de gracias. Llenan el corazón y llevan esa bendición a todos por los que rezamos.

Algunos quizá pensábamos que perdiamos al obispo,  creo hoy mas que nunca que esta humanidad huérfana tiene un padre.

Bendiciones para todos

miércoles, 22 de enero de 2014

Papa Francisco. Un regalo.

El martes a las 7 de la mañana me confirmaban que había posibilidad de ir a la Audiencia Papal y estar en el saludo final (el llamado besamanos).

Llegamos temprano y vimos como la plaza se llenaba.

La gente dándoles la bienvenida en la recorrida que hace por San Pedro, pasando por todos y cada uno de los sectores saludando a los peregrinos en el Papamóvil casi por 30 minutos.

Luego de la catequesis, los saludos y la bendición sobre todos y los objetos que llevábamos empezó el saludo personal.

En primer lugar a los enfermos. En sillas de ruedas, en comunidades de centros de atención, uno por uno. 

Luego a los niños que se acercaron.

Los saludos sigueron con un grupo de peregrinos de diferentes países y muchas parejas de novios (con traje de novia y todo). Por último los argentinos.

Era un grupo grande. Por ser de los de última hora nos había tocado con mamá casi en el último lugar.

Durante los saludos y la bendición había comenzado a lloviznar. En el momento del saludo nuestro se largó con todo. Preparamos el mate. Ya habían pasado más de una hora y el papa seguía saludando.

Y éramos los últimos y quedamos solos con él. Cara a cara con un mate en la mano.

La verdad que nos sorprendió (junto a mi madre) este regalo de poder estar tan cerca del Papa Francisco. 

Hace casi un año que no nos veíamos y al saludarnos lo primero que dijo es “Javier, como está la parroquia”.

La delicadeza de siempre. El cariño de siempre. Y aceptando el mate como cuando nos visitaba.

El mismo hombre de siempre con su sencillez y calidez, quizá tomando en el mismo mate que compartíamos cuando venía a Madre de Dios.

La misma generosidad y ternura para con mi madre. Emocionante (incluso cuando lo escribo).

Gracias Señor por este regalo de estar con Francisco, con el que hace poco menos de un año nos habíamos despidió –antes del conclave- diciéndome que nos veíamos a la vuelta.

Gracias Señor por este regalo para la Iglesia y porque sigue siendo el mismo de siempre, con el regalo de la “gracia de estado”.

Gracia por este pastor bueno que tanto bien nos hace a todos.

Al regalarnos la bendición nos pidió que la hagamos llegar a todos.

Dios nos bendice por medio del Papa.

Y como siempre me dijo, como nos decía a todos, que rezáramos por él.


Rezamos por vos, Francisco, y que el Señor bendiga tu ministerio y la Virgen te cuide.

domingo, 19 de enero de 2014

¿Éste es el Cordero de Dios, que quita los impuestos?


"Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" es lo que anuncia Juan Bautista a sus discípulos al borde del Jordán.

Acá las lecturas: http://padrejavierklajner.blogspot.com.ar/2014/01/lecturas-del-segundo-domingo-durante-el.html

¿Y si El Bautista hubiera dicho "es el que quita los impuestos"? escuché hoy al párroco de la Nuestra Señora del Carmen en Pozuelo, cerca de Madrid. Y me dejó pensando.

Seguramente muchos de nosotros nos acercaríamos a Jesús si su propuesta fuera en esa línea.

Lo triste es no darnos cuenta que Jesús viene para quitar los pecados, para liberarnos de las esclavitudes, que es más profundo que el "Impuesto al Valor Agregado". 

Nuestra cultura materialista nos hace perder muchas veces lo profundo.

Jesús vino por lo pecadores no por los justos, por los enfermos y no los sanos y sus acompañantes de camino y en las mesas no eran justamente los "religiosamente correctos".

Juan Bautista lo señala a Jesús, el Cordero de Dios, para que lo miramos y nos dejemos mirar por el Salvador y dador de Vida.

Es una invitación a abrirnos a la curación que quiera darnos. Si no tenemos pecado, si no nos reconocemos necesitados de su misericordia, podríamos perdernos a Jesús que vino a quitar los pecados.

El toma sobre sus hombros los pecados, nos vacía de ellos, y nos llena de su presencia, de su gracia.

Es una invitación a la Reconciliación, a renovarnos.

La mano está tendida, el Señor te espera. Abre el corazón, viene por ti.

Pueden quitarte el impuesto, pero quizá buscando eso pierdas la vida.

Que terminemos este bendecido domingo dando gracias a Dios por su amor fiel.


Lecturas del segundo domingo durante el año

TIEMPO DURANTE EL AÑO - "A"

DOMINGO SEGUNDO
Yo te destino a ser la luz de las naciones
Lectura del libro del profeta Isaías     49, 3-6

El Señor me dijo:
«Tú eres mi Servidor, Israel,
por ti Yo me glorificaré».
Pero yo dije: «En vano me fatigué,
para nada, inútilmente, he gastado mi fuerza».
Sin embargo, mi derecho está junto al Señor
y mi retribución, junto a mi Dios.
Y ahora, habla el Señor,
el que me formó desde el vientre materno
para que yo sea su Servidor,
para hacer que Jacob vuelva a Él
y se le reúna Israel.
Yo soy valioso a los ojos del Señor
y mi Dios ha sido mi fortaleza.
Él dice: «Es demasiado poco que seas mi Servidor
para restaurar a las tribus de Jacob
y hacer volver a los sobrevivientes de Israel;
Yo te destino a ser la luz de las naciones,
para que llegue mi salvación
hasta los confines de la tierra».
Palabra de Dios.


SALMO
     Sal 39, 2 y 4ab. 7-8. 9. 10 (R.: 8 y 9c)

R.
 Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Esperé confiadamente en el Señor:
Él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor.
Puso en mi boca un canto nuevo,
un himno a nuestro Dios. R.

Tú no quisiste víctima ni oblación;
pero me diste un oído atento;
no pediste holocaustos ni sacrificios,
entonces dije: «Aquí estoy». R.

«En el libro de la Ley está escrito
lo que tengo que hacer:
yo amo, Dios mío, tu voluntad,
y tu ley está en mi corazón». R.

Proclamé gozosamente tu justicia
en la gran asamblea;
no, no mantuve cerrados mis labios,
Tú lo sabes, Señor. R.
Llegue a ustedes la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre,
y del Señor Jesucristo
Principio de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto     1, 1-3

    Pablo, llamado a ser Apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes, saludan a la Iglesia de Dios que reside en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser santos, junto con todos aquellos que en cualquier parte invocan el nombre de Jesucristo, nuestro Señor, Señor de ellos y nuestro.
    Llegue a ustedes la gracia y la paz que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.

Palabra de Dios.


ALELUIA
     Jn 1, 14a. 12a

Aleluia.
La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros.
A todos los que la recibieron
les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.
Aleluia.


EVANGELIO
Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan     1, 29-34

    Juan Bautista vio acercarse a Jesús y dijo: «Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. A Él me refería, cuando dije:
        Después de mí viene un hombre que me precede,
        porque existía antes que yo.
    Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua para que Él fuera manifestado a Israel».
    Y Juan dio este testimonio: «He visto al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y permanecer sobre Él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquel sobre el que veas descender el Espíritu y permanecer sobre Él, ese es el que bautiza en el Espíritu Santo".
    Yo lo he visto y doy testimonio de que Él es el Hijo de Dios».

Palabra del Señor.

jueves, 16 de enero de 2014

“Vocaciones, testimonio de la verdad”.


Este es el mensaje del Papa Francisco con ocasión de la Jornada Mundial de oración por las vocaciones que se celebrará el 11 de mayo... Este es el texto completo:

Queridos hermanos y hermanas:
1. El Evangelio relata que «Jesús recorría todas las ciudades y aldeas… Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas “como ovejas que no tienen pastor”. Entonces dice a sus discípulos: “La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies”» (Mt 9, 35-38). Estas palabras nos sorprenden, porque todos sabemos que primero es necesario arar, sembrar y cultivar para poder luego, a su debido tiempo, cosechar una mies abundante. Jesús, en cambio, afirma que «la mies es abundante». ¿Pero quién ha trabajado para que el resultado fuese así? La respuesta es una sola: Dios. Evidentemente el campo del cual habla Jesús es la humanidad, somos nosotros. Y la acción eficaz que es causa del «mucho fruto» es la gracia de Dios, la comunión con él (Cf. Jn 15,5). Por tanto, la oración que Jesús pide a la Iglesia se refiere a la petición de incrementar el número de quienes están al servicio de su Reino. San Pablo, que fue uno de estos «colaboradores de Dios», se prodigó incansablemente por la causa del Evangelio y de la Iglesia. Con la conciencia de quien ha experimentado personalmente hasta qué punto es inescrutable la voluntad salvífica de Dios, y que la iniciativa de la gracia es el origen de toda vocación, el Apóstol recuerda a los cristianos de Corinto: «Vosotros sois campo de Dios» (1 Co 3,9). Así, primero nace dentro de nuestro corazón el asombro por una mies abundante que sólo Dios puede dar; luego, la gratitud por un amor que siempre nos precede; por último, la adoración por la obra que él ha hecho y que requiere nuestro libre compromiso de actuar con él y por él.
2. Muchas veces hemos rezado con las palabras del salmista: «Él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño» (Sal 100,3); o también: «El Señor se escogió a Jacob, a Israel en posesión suya» (Sal 135,4). Pues bien, nosotros somos «propiedad» de Dios no en el sentido de la posesión que hace esclavos, sino de un vínculo fuerte que nos une a Dios y entre nosotros, según un pacto de alianza que permanece eternamente «porque su amor es para siempre» (Cf. Sal 136). En el relato de la vocación del profeta Jeremías, por ejemplo, Dios recuerda que él vela continuamente sobre cada uno para que se cumpla su Palabra en nosotros. La imagen elegida es la rama de almendro, el primero en florecer, anunciando el renacer de la vida en primavera (Cf. Jr 1, 11-12). Todo procede de él y es don suyo: el mundo, la vida, la muerte, el presente, el futuro, pero asegura el Apóstol «vosotros sois de Cristo y Cristo de Dios» (1 Co 3,23). He aquí explicado el modo de pertenecer a Dios: a través de la relación única y personal con Jesús, que nos confirió el Bautismo desde el inicio de nuestro nacimiento a la vida nueva. Es Cristo, por lo tanto, quien continuamente nos interpela con su Palabra para que confiemos en él, amándole «con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser» (Mc 12,33). Por eso, toda vocación, no obstante la pluralidad de los caminos, requiere siempre un éxodo de sí mismos para centrar la propia existencia en Cristo y en su Evangelio. Tanto en la vida conyugal, como en las formas de consagración religiosa y en la vida sacerdotal, es necesario superar los modos de pensar y de actuar no concordes con la voluntad de Dios. Es un «éxodo que nos conduce a un camino de adoración al Señor y de servicio a él en los hermanos y hermanas» (Discurso a la Unión internacional de superioras generales, 8 de mayo de 2013). Por eso, todos estamos llamados a adorar a Cristo en nuestro corazón (Cf. 1 P 3,15) para dejarnos alcanzar por el impulso de la gracia que anida en la semilla de la Palabra, que debe crecer en nosotros y transformarse en servicio concreto al prójimo. No debemos tener miedo: Dios sigue con pasión y maestría la obra fruto de sus manos en cada etapa de la vida. Jamás nos abandona. Le interesa que se cumpla su proyecto en nosotros, pero quiere conseguirlo con nuestro asentimiento y nuestra colaboración.
3. También hoy Jesús vive y camina en nuestras realidades de la vida ordinaria para acercarse a todos, comenzando por los últimos, y curarnos de nuestros males y enfermedades. Me dirijo ahora a aquellos que están bien dispuestos a ponerse a la escucha de la voz de Cristo que resuena en la Iglesia, para comprender cuál es la propia vocación. Os invito a escuchar y seguir a Jesús, a dejaros transformar interiormente por sus palabras que «son espíritu y vida» (Jn 6, 63). María, Madre de Jesús y nuestra, nos repite también a nosotros: «Haced lo que él os diga» (Jn 2, 5). Os hará bien participar con confianza en un camino comunitario que sepa despertar en vosotros y en torno a vosotros las mejores energías. La vocación es un fruto que madura en el campo bien cultivado del amor recíproco que se hace servicio mutuo, en el contexto de una auténtica vida eclesial. Ninguna vocación nace por sí misma o vive por sí misma. La vocación surge del corazón de Dios y brota en la tierra buena del pueblo fiel, en la experiencia del amor fraterno. ¿Acaso no dijo Jesús: «En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros» (Jn 13, 35)?
4. Queridos hermanos y hermanas, vivir este «“alto grado” de la vida cristiana ordinaria» (Cf. Juan Pablo II, Carta ap. Novo millennio ineunte, 31), significa algunas veces ir a contracorriente, y comporta también encontrarse con obstáculos, fuera y dentro de nosotros. Jesús mismo nos advierte: La buena semilla de la Palabra de Dios a menudo es robada por el Maligno, bloqueada por las tribulaciones, ahogada por preocupaciones y seducciones mundanas (Cf. Mt 13, 19-22). Todas estas dificultades podrían desalentarnos, replegándonos por sendas aparentemente más cómodas. Pero la verdadera alegría de los llamados consiste en creer y experimentar que él, el Señor, es fiel, y con él podemos caminar, ser discípulos y testigos del amor de Dios, abrir el corazón a grandes ideales, a cosas grandes. «Los cristianos no hemos sido elegidos por el Señor para pequeñeces. Id siempre más allá, hacia las cosas grandes. Poned en juego vuestra vida por los grandes ideales» (Homilía en la misa para los confirmandos, 28 de abril de 2013). A vosotros obispos, sacerdotes, religiosos, comunidades y familias cristianas os pido que orientéis la pastoral vocacional en esta dirección, acompañando a los jóvenes por itinerarios de santidad que, al ser personales, «exigen una auténtica pedagogía de la santidad, capaz de adaptarse a los ritmos de cada persona. Esta pedagogía debe integrar las riquezas de la propuesta dirigida a todos con las formas tradicionales de ayuda personal y de grupo, y con las formas más recientes ofrecidas en las asociaciones y en los movimientos reconocidos por la Iglesia» (Juan Pablo II, Carta ap. Novo millennio ineunte, 31).
Dispongamos por tanto nuestro corazón a ser «terreno bueno» para escuchar, acoger y vivir la Palabra y dar así fruto. Cuanto más nos unamos a Jesús con la oración, la Sagrada Escritura, la Eucaristía, los Sacramentos celebrados y vividos en la Iglesia, con la fraternidad vivida, tanto más crecerá en nosotros la alegría de colaborar con Dios al servicio del Reino de misericordia y de verdad, de justicia y de paz. Y la cosecha será abundante y en la medida de la gracia que sabremos acoger con docilidad en nosotros. Con este deseo, y pidiéndoos que recéis por mí, imparto de corazón a todos la Bendición Apostólica.
Vaticano, 15 de Enero de 2014

martes, 14 de enero de 2014

El llanto de Ana

Comparto con ustedes la primera lectura de la misa de hoy martes y un pequeño comentario.

La lectura es del primer libro de Samuel (1, 10-20) : 

"Ana, con el alma llena de amargura, oró al Señor y lloró desconsoladamente. Luego hizo este voto: «Señor de los ejércitos, si miras la miseria de tu servidora y te acuerdas de mí, si no te olvidas de tu servidora y le das un hijo varón, yo lo entregaré al Señor para toda su vida, y la navaja no pasará por su cabeza».


    Mientras ella prolongaba su oración delante del Señor, el sacerdote Elí miraba atentamente su boca. Ana oraba en silencio; sólo se movían sus labios, pero no se oía su voz.


    Elí pensó que estaba ebria, y le dijo: «¿Hasta cuándo te va a durar la borrachera? ¡Ve a que se te pase el efecto del vino!»


    Ana respondió: «No, mi señor; yo soy una mujer que sufre mucho. No he bebido vino ni nada que pueda embriagar; sólo me estaba desahogando delante del Señor. No tomes a tu servidora por una mujer cualquiera; si he estado hablando hasta ahora, ha sido por el exceso de mi congoja y mi dolor».


    «Vete en paz, le respondió Elí, y que el Dios de Israel te conceda lo que tanto le has pedido».


    Ana le dijo entonces: «¡Que tu servidora pueda gozar siempre de tu favor!» Luego la mujer se fue por su camino, comió algo y cambió de semblante.


    A la mañana siguiente, se levantaron bien temprano y se postraron delante del Señor; luego regresaron a su casa en Ramá. Elcaná se unió a su esposa Ana, y el Señor se acordó de ella. Ana concibió, y a su debido tiempo dio a luz un hijo, al que puso el nombre de Samuel, diciendo: "Se lo he pedido al Señor".
 
Hay dos personajes, en verdad tres: Ana, el sacerdote Eli y Dios.


Ana llega al santuario llevando su amargura por no poder tener familia, y desde ese dolor abre el corazón a Dios y suplica. Oración profunda, como la de muchos de los hombres y mujeres de nuestro pueblo peregrino. 

Elí, encerrado en si mismo, siendo sacerdote lo vemos considerando todo superficialmente y creo que la mujer está borracha. Su mala interpretación de la realidad y la falta de delicadeza de preguntar que le pasa, lo lleva a pensar que estaba ebria y la "manda a su casa".

La respuesta de ella es contundente "NO es lo que parece". Le muestra su dolor, y parece que recién allí el corazón de Eli se mueve y llega a profetizar que se iba a cumplir lo que deseaba.

Dios cumple su promesa. Milagro de fecundidad que viene desde el desgarro más profundo del alma de la mujer que logra "robar" la vida nueva. 

Elí, si bien no interpreta en un comienzo lo que pasa por el corazón de la mujer, igual es el mediador de lo de Dios. 

Este texto es una invitación por un lado a no bajar los brazos ni dejar de insistir a Dios desde lo profundo de las entrañas, y por otro lado a tener una mirada desprejuiciada de la realidad, sabiendo que las apariencias engañan, buscando ser más un puente que alguien que separe.





sábado, 11 de enero de 2014

El Bautismo del Señor - Comentario

Antes de leer el comentario podés ver y rezar con las lecturas de esta fiesta: http://padrejavierklajner.blogspot.com/2014/01/el-bautismo-del-senor-lecturas.html

Este fin de semana como Iglesia celebramos la fiesta del Bautismo del Señor. 

Es una invitación a renovar la unción bautismal y a mirarnos como Iglesia, comunidad de creyentes en la cual  hay un lugar para todos.

¡Qué lindo es escuchar al Padre que dice sobre Jesús. "Éste es mi hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección"! Eso mismo Dios dice sobre nosotros en el Bautismo: "Sos mi hijo querido, tengo puesta mi predilección en ti".

La profundidad de esta elección la podemos comprender con las palabras del profeta Isaías que leemos en la primera lectura: "Este es mi Servidor, a quien yo sostengo, mi elegido, en quien se complace mi alma. Yo he puesto mi espíritu…, te sostuve de la mano, te formé". 

Sostén, elección, formación son verbos que hablan de delicadeza, de deseo profundo del corazón. En este contexto es interesante comprender que el Bautismo no es un mero rito de iniciación a una religión (en este caso la cristiana) ni un acto social, sino la elección de Dios sobre nosotros haciéndonos hijos amados suyos y hermanos entre nosotros. Es una elección con predilección que a la vez nos envía a ser testigos de este amor de predilección.

Cuando uno se siente querido, amado, el corazón rebosa de ese amor y se difunde. Eso se nota en la mirada, los gestos, las pequeñeces. El amor hace superar cualquier limitación.

En un mundo donde somos desechados, es sanante que nos sepamos amados.

Me parece muy iluminador lo que escribe el Papa Francisco en Evangelii Gaudium Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar. Hemos dado inicio a la cultura del «descarte» que, además, se promueve. Ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y de la opresión, sino de algo nuevo: con la exclusión queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está en ella abajo, en la periferia, o sin poder, sino que se está fuera. Los excluidos no son «explotados» sino desechos, «sobrantes». (EG 53)

La respuesta cristiana es clara: sos alguien valioso. No sos algo sino alguien, amado por lo que sos no por lo que haces. Sos creado por amor. Dios no puede dejar de amar lo que el creo; él es fiel aunque nosotros seamos infieles.

Y rescatando lo que soy y ni lo que hago, nos podemos reconocer como hermanos, caminantes, peregrinos, testigos llamados a la misión.

También somos llamados a no hacer acepción de personas como leemos en los Hechos de los Apóstoles en la segunda lectura (Hch 10,34), experimentando y descubriendo que hay un lugar para todos, al menos en la Iglesia, al menos como deseo. 

¿Hay lugar para todos? ¿Nos abrimos a lo nuevo?

La apertura a lo nuevo, a lo distinto es lo que le paso a Juan Bautista cuando se le aparece Jesús. No entiende pero obedece. Está abierto a la novedad por eso es testigo privilegiado.

Todos y cada uno de nosotros es un testigo privilegiado del Amor de Dios y somos invitados a compartirlo. Como dice el apóstol Juan “No podes callar lo que hemos visto y oído”

Los obispos en Aparecida y ahora el Papa nos invitan a ser “discípulos-misioneros”: testigos del amor que experimentamos e invitados a compartirlo.

Quizá tendríamos que hacer nuestras las palabras de los apóstoles (Hch 10,38): “El pasó haciendo el bien y sanando a todos”.

Quisiera terminar con esta invitación: abrimos el corazón para que todos tengan un lugar, siendo nosotros quienes ayudemos a superar esta cultura del descarte. 
Somos hijos amados, hermanos, familia. Llamados a hacer el bien y ayudar a sanar los corazones heridos por la exclusión, tanto social como humana. 

El Bautismo del Señor - Lecturas

Este fin de semana celebramos la fiesta del Bautismo del Señor.

Acá podes rezar con las lecturas:

Lectura del libro del profeta Isaías    42, 1-4. 6-7

            Así habla el Señor:
            Este es mi Servidor, a quien yo sostengo, mi elegido, en quien se complace mi alma. Yo he puesto mi espíritu sobre él para que lleve el derecho a las naciones. El no gritará, no levantará la voz ni la hará resonar por las calles. No romperá la caña quebrada ni apagará la mecha que arde débilmente. Expondrá el derecho con fidelidad; no desfallecerá ni se desalentará hasta implantar el derecho en la tierra, y las costas lejanas esperarán su Ley.
            Yo, el Señor, te llamé en la justicia, te sostuve de la mano, te formé
y te destiné a ser la alianza del pueblo, la luz de las naciones, para abrir los ojos de los ciegos, para hacer salir de la prisión a los cautivos y de la cárcel a los que habitan en las tinieblas.

Palabra de Dios.


SALMO         Sal 28, 1a y 2. 3ac-4. 3b y 9b-10 (R.: 11b)

R.        El Señor bendice a su pueblo con la paz.

            ¡Aclamen al Señor, hijos de Dios!
            ¡Aclamen la gloria del nombre del Señor
            adórenlo al manifestarse su santidad!  R.

            ¡La voz del Señor sobre las aguas!
            el Señor está sobre las aguas torrenciales.
            ¡La voz del Señor es potente,
            la voz del Señor es majestuosa!  R.

            El Dios de la gloria hace oír su trueno:
            En su Templo, todos dicen: “¡Gloria!”
            El Señor tiene su trono sobre las aguas celestiales,
            el Señor se sienta en su trono de Rey eterno.  R.



Lectura de los Hechos de los Apóstoles       10, 34-38

            Pedro, tomando la palabra, dijo: “Verdaderamente, comprendo que Dios no hace acepción de personas, y que en cualquier nación, todo el que lo teme y practica la justicia es agradable a él.
            El envió su Palabra al pueblo de Israel, anunciándoles la Buena Noticia de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos.
            Ustedes ya saben qué ha ocurrido en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicaba Juan: cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo, llenándolo de poder. El pasó haciendo el bien y curando a todos los que habían caído en poder del demonio, porque Dios estaba con él.”

Palabra de Dios.

Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo  según Mateo 3, 13-17.
  
Por entonces vino Jesús de Galilea al Jordán, para encontrar a Juan y para que éste lo bautizara. Juan quiso disuadirlo y le dijo: « ¿Tú vienes a mí? Soy yo quien necesita ser bautizado por ti.»

Jesús le respondió: «Deja que hagamos así por ahora. De este modo respetaremos el debido orden.» Entonces Juan aceptó.

Una vez bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los Cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Al mismo tiempo se oyó una voz del cielo que decía: «Este es mi Hijo, el Amado; éste es mi Elegido.»
Palabra del Señor.




miércoles, 1 de enero de 2014

María, la Madre de los detalles

Hoy es la fiesta de la Madre de Dios. Hoy terminamos la llamada octava de Navidad.

Tanto la Pascua como la Navidad son tan grandes por el misterio que se revela que la Iglesia lo festeja durante ocho días.

Hoy se nos invita a contemplar a María como Madre de Jesús y nuestra. "Ahí tienen a su Madre" dice el Señor en la cruz, y nos regala a María como nuestra Madre.

Una Madre probada en el dolor, en la paciencia, en el misterio, en la fe.

Una Madre atenta a los detalles como en las bodas de Caná: "No tienen vino" y "robó" el milagro para que la fiesta no se terminara.

Comencemos el año caminando con María, la de los detalles...

Ella nos invita a confiar en Jesús, porque frente problemas ella está:

"No tienen esperanza..." y Jesús te la regala...

"No tienen...  (agregá lo que quieras) y pedíselo a Jesús por medio de María, que es el atajo elegido por Jesús.

Un buen año, acompañados por Jesús y María.