miércoles, 26 de septiembre de 2012

5° Misa por las Víctimas de Trata y Tráfico de Personas.


Desgrabación de la Homilía pronunciada por el Arzobispo de Buenos Aires Cardenal Jorge Mario Bergoglio s.j. en la Plaza Constitucióncon motivo de la 5° Misa por las Víctimas de Trata y Tráfico de Personas.


Hoy en esta Ciudad queremos que se oiga el grito, la pregunta de Dios: ¿Donde está tu hermano? Que esa pregunta de Dios recorra todos los barrios de la Ciudad, recorra nuestro corazón y sobre todo que entre también en el corazón de los “caínes” modernos. Quizá alguno pregunte: ¿Qué hermano? ¿¿Dónde está tu hermano esclavo!?! ¿¿El que estás matando todos los días en el taller clandestino, en la red de prostitución, en las ranchadas de los chicos que usás para mendicidad, para “campana” de distribución de droga, para rapiña y para prostituirlos…? ¿Dónde está tu hermano el que tiene que trabajar casi de escondidas de cartonero porque todavía no ha sido formalizado…. ¿Dónde está tu hermano…? Y frente a esa pregunta podemos hacer, como hizo el sacerdote que pasó al lado del herido, hacernos los distraídos; como hizo el levita, mirar para otro lado porque no es para mí la pregunta sino que es para otro. ¡La pregunta es para todos! ¡Porque en esta Ciudad está instalado el sistema de trata de personas, ese crimen mafioso y aberrante (como tan acertadamente lo definió hace pocos días un funcionario): crimen mafioso y aberrante!

¿Dónde está tu hermano? Y vos que estás mirando, que te hacés el distraído, no dejás lugar en tu corazón a que entre la pregunta; que decís esa no es para mi… ¿Cual!?!? ¡¡El esclavo!!! El que en esta Ciudad sufre estas formas de  esclavitud que mencioné recién porque esta Ciudad es una “Ciudad abierta”, aquí entran todos: los que quieren esclavizar, los que quieren despojar… así como cuando se rinde una Ciudad se declara “Ciudad abierta” para que la saqueen, aquí nos están saqueando la vida de nuestros jóvenes! La vida de nuestros trabajadores! La vida de nuestras familias! Estos tratantes… no, no los insultemos sino recemos por ellos también para que escuchen la voz de Dios: ¿Dónde está tu hermano?

A vos tratante, hoy te decimos: ¿Para que hacés esto? No te vas a  llevar nada, te vas a llevar las manos preñadas de sangre por el mal que hiciste. Y hablando de sangre, por ahí te vas a ir del balazo de un competidor. Las mafias son así. ¿Dónde está tu hermano, tratante!?!? ¡¡Es tu hermano !! ¡¡Es tu carne !! Tomemos conciencia que esa carne esclava es mi carne, la misma que asumió el hijo de Dios.

La gracia mas linda que podemos recibir hoy es la de llorar en nuestro corazón. Señor mirá esto: Cambiales el corazón a estos esclavistas, cambiáselo. Estos que entran a esta “Ciudad abierta” a ver qué pueden saquear, que vida pueden anular, que familia pueden destruir, que niños pueden vender, que mujer pueden explotar. Nosotros no venimos aquí a protestar, venimos a rezar públicamente, en la plaza, en una Ciudad que es “Ciudad abierta” donde cualquiera puede entrar a esclavizar.

Todos los que estamos aquí rezando también le vamos a pedir a Jesús la gracia de no hacernos los distraídos… “Pero Padre, ¿que puedo hacer yo por una mafia?” … ¡Rezar! Golpeá el corazón de Dios… Si sabés algo contalo pero no mires para otro lado porque puede ser tu hijo o tu hija a quien de un día para el otro conviertan en esclavo, o podés ser vos. Hace un tiempo tuve la alegría de bautizar a dos nenas, hijas de un matrimonio rescatado de un taller esclavista. Señor, así como nos diste esta gracia, hacé que se multiplique, que podamos rescatar a muchos, que podamos devolver a la sociedad a todos aquellos que tienen encerrados como esclavos y explotados como esclavos.

Señor, que podamos ver, convertidos hacia ti, el corazón de esos hombres y mujeres que explotan y esclavizan a sus hermanos. Eso es lo que pedimos hoy para esta “Ciudad abierta” donde se esclaviza a tanta gente. A nosotros, que sabemos que es así, danos la gracia de no engrosar el ejército de los distraídos; y a ellos, los que esclavizan, someten y matan la ilusión de tanta gente cambiales el corazón.

Que así sea.

Buenos Aires, 25 de septiembre de 2012
Card. Jorge Mario Bergoglio s.j.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Bautismo para todos


Este artículo estaba pensado para salir en un diario. Lamentablemente no salió por eso lo publico en el blog...

Sin querer ser un eslogan es la imagen que me vino a la mente cuando por distintos medios se empezó a hablar del bautismo.
Irrumpió como una novedad en los medios algo que en la vida de la Iglesia es muy normal. Pero parece que no se conoce.
Dos eventos son los que me llevan a la reflexión. Uno, el bautismo de los hijos de Florencia de la V y el otro son las palabras que compartió en la homilía de la misa de clausura del Encuentro de Pastoral Urbana el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, afirmando que en algunas parroquias del gran Buenos Aires se les negaba el sacramento a hijos de madres solteras.
El texto al que me refiero es el siguiente: “Con dolor lo digo, y si parece una denuncia o una ofensa, perdónenme, pero en nuestra región eclesiástica hay presbíteros que no bautizan a los chicos de las madres solteras porque no fueron concebidos en la santidad del matrimonio. Éstos son los hipócritas de hoy. Los que clericalizaron a la Iglesia. Los que apartan al pueblo de Dios de la salvación. Y esa pobre chica que, pudiendo haber mandado a su hijo al remitente, tuvo la valentía de traerlo al mundo, va peregrinando de parroquia en parroquia para que se lo bauticen”.
Mi sorpresa fue mayor cuando Elizabeth Vernaci lo comentó en la radio, aplaudiendo lo que dijo Bergoglio y, si mal no entendí, diciendo que quisiera que su hijo tomara la comunión.
Todo esto me dejó pensando: ¡si hace años que no se le niega el bautismo a nadie! Pero si ¡ningún chico puede ser privado de la comunión!
Es doloroso descubrir que en algunos lugares esto sea así. Ya hace más de 10 años, en la llamada Región Buenos Aires, todos los obispos se habían puesto de acuerdo y se había dispuesto que no se niegue bajo ningún aspecto el bautismo a ningún chico. Discriminar por la cuna es de hipócritas.
Me sorprende mucho más que no se sepa que se bautiza siempre y que en casi todas las parroquias y capillas se prepara a los chicos para su comunión sin preguntar la situación de los papás, si están casados, separados o sos madre soltera; lo único que se pide es que los acompañen, y esto muchas veces hace que toda la familia se acerque nuevamente a una vida construida en la fe.
De fondo y como gran derecho humano está el derecho de esos chicos a recibir los sacramentos más allá de la situación de los papás.
En muchas comunidades, y especialmente en los santuarios, hay catecumenados —procesos de preparación para comprender de qué se trata recibir los sacramentos— pensados para los jóvenes y adultos que trabajan y tienen poco tiempo, y que muchas veces participan pero le falta alguno.
Incluso se hacen pequeños itinerarios de 3 meses —como en mi parroquia— donde también se facilita el acceso al sacramento del matrimonio a quienes hace años están juntos y por diversas razones no se casaron.
No es ni el pensamiento de la Iglesia ni la enseñanza de Jesús el que alguien quede afuera. Como bien dijo el cardenal Bergoglio en esa misma homilía son “los fariseos de hoy”. A ésos “Jesús no los banca” y creo que no me “bancaría” Jesús a mí, ni yo a mí mismo, si me plantara en la puerta de mi parroquia querida de villa lugano y no dejara entrar a quienes se acercan pidiendo bendición y vida en la fe para sus hijos.
Ser cristiano no es una idea o una doctrina. Ser cristiano es una manera de vivir, de ser humano con otros, hacia otros, con los otros. Irradiando testimonio de amor y fraternidad. De mirada de comprensión hacia toda la humanidad. Y el bautismo es una puerta privilegiada para comenzar a vivir una vida nueva, con la cabeza y el corazón oxigenados más allá de un imaginario.




domingo, 23 de septiembre de 2012

Votar a los 16


La semana pasada me pidieron un artículo sobre el tema del voto a los 16 años. El mismo fue publicado en la Revista Para Tí edición 4705 del 21/9/2012 en un formato más breve. A continuación el texto completo:

¡Qué tema el que sale en este momento! No lo tengo claro, sólo me surgen interrogantes.
Es una edad en la que todavía no saben si afeitarse o dejarse la barba. Les cuesta elegir la ropa para el boliche el sábado a la noche.
Les pedimos que estudien, que sean buenos hijos y muchas veces dejan el estudio, no consiguen trabajo y ya son papás.
El mundo adulto se comporta de modo ambivalente con los jóvenes. Intentamos acercarnos y obtener nuevas respuestas con viejos planteos. ¿Sabemos realmente que la militancia política es lo que hace vibrar a una chica, un pibe de 16? ¿Lo sabemos o queremos que sea así? ¿Qué hace que vibre su corazón?
De la nada al todo y en la adolescencia: una verdadera bomba de tiempo.
Emocionalmente un adolescente, adolece. Su cuerpo adolece. Sus sentimientos adolecen. ¿Y ahora también le vamos a recargar la adolescencia con la responsabilidad de elegir a quienes lo gobiernen?
Apenas si en la adolescencia se logra un equilibrio entre “lo que quiero, lo que digo, lo que hago”, elegir la orientación del secundario suele ser muy complejo, al terminarlo elegir carrera universitaria o terciaria es casi siempre una situación de muy difícil resolución. ¿Cuántas veces un joven cambia de carrera hasta que finalmente encuentra su lugar en el mundo joven cuando va dejando atrás su mundo adolescente?
Muchos sociólogos y psicólogos hablan de los “adultecentes”: esos jóvenes que no se deciden a irse de su casa o quedarse, tienen pareja pero de medio tiempo y sin demasiados compromisos…
Y si entramos en los sectores más humildes, están pensando más en cómo parar la olla que en los políticos de turno.
La floja educación que reciben en la escuela tampoco los favorece a la hora de elegir y pensar qué país quieren y votar en consecuencia. ¿La elección será realmente desde lo que reflexionan? ¿O alguien pone en duda que un adolescente en la mitad del secundario no tiene una idea acabada y completa de qué es la corte suprema, un ministro de la nación y la cámara de diputados?
Empoderar a los jóvenes con aparentes derechos que les van a generar seguras obligaciones no creo que sume libertad, sino que aporta confusión a su propio momento existencial, en el que todavía pide a gritos —y con distintos formatos— apoyo de sus padres, de sus maestros y no que le digan: la libertad es toda tuya, elegí.
No podemos vivir sin libertad. Pero no podemos tirarle por la cabeza a los jóvenes una libertad que puede simplemente sumarles soledad ante decisiones tan significativas y trascendentes.
Seguramente que hay muchos adolescentes que tienen participación en agrupaciones políticas y en centros de estudiantes, pero allí se entrenan, aprenden, ensayan.
Estrenar voto a los 18 implica entender más el mundo y sentir que esa voz que está buscando ser escuchada tiene algo sólido para decir.
Es también interesante pensar cuáles son los argumentos, quiénes los propician y, por sobre todo, registrar las incongruencias: si no queremos que sean imputables penalmente, ¿cómo los imaginamos ejerciendo derechos civiles?
Son algunas pinceladas. Hay que pensar bien y no apurarnos. 

lunes, 3 de septiembre de 2012

Palabras del Cardenal Bergoglio en la Misa de clausura del Encuentro 2012 de Pastoral urbana





La misa fue presidida por el cardenal Jorge Mario Bergoglio s.j., concelebrada por monseñor Guillermo Rodríguez Melgarejo -obispo de San Martín-, monseñor Luis Fernández -auxiliar de Buenos Aires y vicario zona Flores-, monseñor Joaquín Sucunza -Vicario General de la Arquidiócesis de Buenos Aires-, monseñor Oscar Ojea -obispo de San Isidro-, monseñor Eduardo García -pro vicario general de la Arquidiócesis de Buenos Aires-, monseñor Raúl Martín -auxiliar de Buenos Aires y vicario zona Devoto-, monseñor Jorge Rubén Lugones -obispo de Lomas de Zamora- y monseñor Vicente Bokalic Iglic -auxiliar de Buenos Aires y vicario zona Centro- y veinte sacerdotes.

A continuación la desgrabación de la homilía del cardenal Jorge Mario Bergoglio s.j. en ocasión de la misa de clausura del Encuentro 2012 de Pastoral Urbana Región Buenos Aires.
Para descargar y escuchar la homilía

Los textos de la misa corresponden al domingo 22.

La escucha de la palabra me hizo sentir tres cosas: cercanía, hipocresía y mundanidad.
La primera lectura dice "¿Existe acaso una nación tan grande que tenga sus dioses cerca de ellos como el Señor nuestro Dios está cerca de nosotros?".
Nuestro Dios es un Dios que se aproxima. Un Dios que se hace cercano. Un Dios que empezó a caminar con su pueblo y luego se hizo uno de su pueblo en Jesucristo para hacerse cercano. Pero no con una cercanía metafísica sino con esa cercanía que describe Lucas cuando va a curar a la hija de Jairo, que la gente lo apretujaba hasta sofocarlo mientras la pobre vieja de atrás le quería tocar el borde del manto. Con esa cercanía de la multitud que quería hacer callar en la entrada de Jericó al ciego que a los gritos pretendía hacerse oír. Con esa cercanía que dio ánimo a esos diez leprosos para pedirle que los limpiara. Jesús estaba metido en la cosa. Nadie se quería perder esa cercanía, incluso el petiso que se subía al sicómoro para verlo.

Nuestro Dios es un Dios cercano. Y es curioso: Él curaba, hacía el bien. San Pedro lo dice clarito: "Pasó haciendo el bien y sanando". Jesús no hizo proselitismo: acompañó. Y las conversiones que lograba eran precisamente por esa actitud suya de acompañar, enseñar, escuchar, hasta tal punto que su condición de no ser un proselitista lo lleva a decir: "si ustedes también se quieren ir váyanse ahora, no pierdan tiempo. Vos tenés palabra de vida eterna, nos quedamos". El Dios cercano, cercano con nuestra carne. El Dios del encuentro que sale al encuentro de su pueblo. El Dios que -voy a usar una palabra linda de la diócesis de San Justo-: el Dios que pone a su pueblo en situación de encuentro.
Y con esa cercanía, con ese caminar, crea esa cultura del encuentro que nos hace hermanos, nos hace hijos, y no socios de una ONG o prosélitos de una multinacional. Cercanía. Esa es la propuesta.

La segunda palabra es hipocresía. Me llama la atención que san Marcos, siempre es tan conciso, tan breve, que le haya dedicado tanto a este episodio -y conste que en esta versión litúrgica está recortado y es más largo todavía- parece que se ensaña con los que se hacen lejanos, con aquellos que el mensaje de la cercanía de ese Dios, que viene caminando con su pueblo, que se hizo hombre para ser uno más y caminar, han tomado esa realidad, la han destilado a lo largo de las tradiciones de ellos, la han hecho idea, la han hecho puro precepto y la han alejado a la gente.
Jesús sí que los va a acusar de prosélitos a éstos, de hacer proselitismo. Ustedes recorren medio mundo para buscar un prosélito y después lo matan con todo esto. Alejaron a la gente.
Los que se escandalizaban cuando Jesús iba a comer con los pecadores, con los publicanos, a éstos Jesús les dice "los publicanos y las prostitutas los van a preceder a ustedes", que era lo peorcito de la época. Jesús no los banca. Son los que han clericalizado -por usar una palabra que se entienda- a la Iglesia del Señor. La llenan de preceptos y con dolor lo digo, y si parece una denuncia o una ofensa, perdónenme, pero en nuestra región eclesiástica hay presbíteros que no bautizan a los chicos de las madres solteras porque no fueron concebidos en la santidad del matrimonio. (aplausos)
Éstos son los hipócritas de hoy. Los que clericalizaron a la Iglesia. Los que apartan al pueblo de Dios de la salvación. Y esa pobre chica que, pudiendo haber mandado a su hijo al remitente, tuvo la valentía de traerlo al mundo, va peregrinando de parroquia en parroquia para que se lo bauticen.

A éstos que buscan prosélitos, los clericales, los que clericalizan el mensaje, Jesús les señala el corazón, les dice "del corazón de ustedes salen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino…". Flor de piropo, ¿eh? Así les pasa la mano de bleque. Los denuncia.
Clericalizar la Iglesia es hipocresía farisaica. La Iglesia del "vengan adentro que les vamos a dar las pautas acá adentro y lo que no entra no está" es fariseísmo.
Jesús nos enseña el otro camino: salir. Salir a dar testimonio, salir a interesarse por el hermano, salir a compartir, salir a preguntar. Encarnarse.
Contra el gnosticismo hipócrita de los fariseos, Jesús vuelve a mostrarse en medio de la gente entre publicanos y pecadores.
La tercera palabra que me tocó es el final de la carta de Santiago: no contaminarse con el mundo. Porque si bien el fariseísmo, este "clericalismo" entre comillas nos hace daño, también la mundanidad es uno de los males que carcomen nuestra conciencia cristiana. Esto lo dice Santiago: no se contaminen con el mundo. Jesús en su despedida, después de la cena, le pide al Padre que lo salve del espíritu del mundo. Es la mundanidad espiritual. El peor daño que puede pasar a la Iglesia: caer en la mundanidad espiritual. En esto estoy citando al cardenal De Lubac. El peor daño que puede pasar a la Iglesia incluso peor que el de los papas libertinos de una época. Esa mundanidad espiritual de hacer lo que queda bien, de ser como los demás, de esa burguesía del espíritu, de los horarios, de pasarla bien, del estatus: "Soy cristiano, soy consagrado, consagrada, soy clérigo". No se contaminen con el mundo, dice Santiago.

No a la hipocresía. No al clericalismo hipócrita. No a la mundanidad espiritual.
Porque esto es demostrar que uno es más empresario que hombre o mujer de evangelio.
Sí a la cercanía. A caminar con el pueblo de Dios. A tener ternura especialmente con los pecadores, con los que están más alejados, y saber que Dios vive en medio de ellos.

Que Dios nos conceda esta gracia de la cercanía, que nos salva de toda actitud empresarial, mundana, proselitista, clericalista, y nos aproxima al camino de Él: caminar con el santo pueblo fiel de Dios.
Que así sea.
Cardenal Jorge Mario Bergoglio s.j.
Buenos Aires, 2 de septiembre de 2012

La Región Buenos Aires que está participando de este ENCUENTRO está compuesta por la Arquidiócesis de Buenos Aires y las Diócesis de Avellaneda-Lanús, Gregorio de Laferrère, Lomas de Zamora, Merlo-Moreno, Morón, San Isidro, San Justo, San Martín, San Miguel y Quilmes.